Nació en la ciudad de Necochea. Inició sus estudios de grado en ingeniería mecánica de la universidad de La Plata, y los continuó en el Instituto Balseiro, del Centro Atómico Bariloche, donde se graduó en 1972 como licenciado en Física, obteniendo su doctorado diez años más tarde. Fue justamente el tema de su tesis, el “efecto del hidrógeno en las aleaciones de circonio”, el que lo introdujo de lleno en las tecnologías de este elemento como solución para remediar la contaminación antropogénica.

Contrajo matrimonio con Maggie David, con quien tuvo cinco hijos y, años más tarde, once queridos nietos.

Fue un reconocido especialista tanto en foros nacionales como internacionales en los que participó. Dictó cursos, conferencias, seminarios, y plenarios en Argentina y en el exterior, compartiendo su vasto conocimiento de manera entusiasta para que éste perdure, y para que dicho saber trascienda y atraviese varias generaciones.

Se desempeñó como Profesor del Instituto Balseiro durante casi cuarenta años (desde 1976 hasta 2015) en el área cátedra materiales, trabajos especiales, tesis doctorales.  Fue vicedirector de la carrera de Ingeniería Nuclear desde 1985 hasta 1988, jefe en el sector División Metales - Metalurgia desde 1977 hasta 1995 y fue también director de INVAP entre 1991 y 1994.

Su vida, impregnada de una genuina formación cristiana, estuvo caracterizada por la constante preocupación para aplicar sus conocimientos a cuestiones prácticas que fueran de utilidad a la sociedad. La publicación en 2015 de la encíclica papal Laudato si, sobre el cuidado de la casa común, lo tuvo entre sus más fervientes difusores. Constituyó para él un fuerte estímulo para redoblar sus esfuerzos en el uso de energías limpias para la humanidad.

Fundó en 1996 la Asociación Argentina del Hidrógeno, que presidió hasta su partida y logró crear - con el apoyo del IRAM - el subcomité argentino del hidrógeno, como imagen especular del TC197 de la ISO, al que presidió por más de dos décadas.

En 1997 adaptó el motor de un Renault 9 a hidrógeno gaseoso y lo presentó en el XII Congreso Internacional de Hidrógeno que se celebrara en Buenos Aires en 1998. El Dr. Bolcich fue el anfitrión y organizador de dicho evento, al que asistieron representantes de 42 países.

Vicepresidente para Latinoamérica de la International Association for Hydrogen Energy (IAHE) desde 2012. Este cargo le permitió seguir promoviendo las bondades de las energías limpias, especialmente las del hidrógeno, no sólo dentro de Argentina, sino también fuera de ella, inspirando a representantes de otros países a seguir su noble legado.

Se desempeñó como asesor de la Empresa Hychico SA, donde realizó el desarrollo tecnológico de la planta Viento-Hidrógeno en Comodoro Rivadavia, Patagonia, Argentina – experimentando mezcla de gas hidrógeno metano en motor estacionario para generación de energía eléctrica y almacenamiento de hidrógeno subterráneo.

En el año 2005 impulsó la creación de la Planta Experimental de Hidrógeno de Pico Truncado, provincia de Santa Cruz, liderando su diseño y gestión. Condujo experiencias de mezclas de metano e hidrógeno, como combustible de motores de vehículos utilitarios, que circularon con éxito en la zona. Se desempeñó en el área de investigación y desarrollo en materiales compatibles con hidrógeno, tecnologías de producción y almacenamiento, quemadores y motores de combustión interna, seguridad.

En el año 2009 logró la instalación del módulo argentino de energía limpia MAEL I en la Base Esperanza, sector Antártico Argentino. Este fue diseñado y construido con componentes nacionales, mediante la colaboración del Banco Mundial, la planta de Pico Truncado, el ITBA y la Escuela Superior Técnica del Ejército, logrando producir hidrógeno verde mediante energía eólica.

El Dr. Bolcich fue también asesor en temas de hidrógeno para la provincia de Río Negro – H2 Verde Río Negro. En los últimos años de vida lo vimos dedicado a la formación de técnicos y profesionales en las tecnologías del hidrógeno, mediante tecnicaturas y diplomaturas en el país y en Uruguay.

Creía profundamente en la educación – haciendo gran hincapié en la necesidad de implementar más escuelas-fábrica para el desarrollo del alumnado y del recurso humano local, ayudando al establecimiento de instituciones como ser la extensión áulica de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) en Bariloche. Nombraba reiteradamente lo importante que son las Comunidades Energéticas sostenibles para promover trabajo genuino, generar y gestionar su propia energía, proveer alimentación de calidad, y para mejorar la calidad de vida de los individuos que cohabitan en ellas.

Las experiencias citadas arriba son solo algunos ejemplos de sus tantos logros y propósitos, todos con un mismo fin: favorecer el bienestar humano, cuidar a la familia y a nuestra casa común, nuestro mundo.

El Dr. Juan Carlos Bolcich nos ha dejado trazado un camino, cuyo ejemplo nos impone el deber de continuar.

La Asociación Argentina del Hidrógeno despide con gran pesar al Ingeniero Químico José Luis Aprea, miembro fundador y socio desde 1996.

Desde el comienzo de las actividades de la Asociación asumió con enorme responsabilidad y total dedicación tres responsabilidades que le fueron confiadas: la difusión de las bondades del hidrógeno, la normativa y los importantes aspectos de seguridad de su manejo. 

Para ello creó la revista Hidrógeno cuyo primer ejemplar fuera presentado en mayo de 1998. Se constituyó en la primera publicación en idioma castellano dedicada a este elemento y sus tecnologías, que editó sin interrupciones hasta el presente año. Este magazine se convirtió en el órgano de difusión oficial de nuestra Asociación.

También desde ese entonces se desempeñó como secretario del comité técnico de hidrógeno TC197 de la ISO, secundando a nuestro presidente en una exigente labor técnica, que permitió a nuestro país convertirse en miembro Permanente de dicho comité. Desde sus comienzos comenzó a cimentar el marco normativo imprescindible para el desarrollo de proyectos de Hidrógeno. Como consecuencia, el IRAM pudo contar con documentación técnica de seguridad de Hidrógeno en idioma español, que cubrió una imprescindible necesidad y constituyó una herramienta pedagógica de mucha utilidad.

Décadas más tarde asumió la presidencia del comité argentino de estas tecnologías, hasta el presente.

Su valiosa experiencia en todos los aspectos de seguridad en el manejo del hidrógeno lo convirtieron en un referente en la materia. Esta relevancia profesional motivó que se integrara al equipo de científicos y técnicos que instalara en la base Esperanza de la Antártida, el módulo de generación eléctrica empleando hidrógeno verde (MAEL 1), ya en el verano de 2009. También participó activamente en la construcción de la planta experimental de hidrógeno de Pico Truncado, provincia de Santa Cruz (PEHPT-SC 2005).

Toda su actividad relacionada con el hidrógeno lo tuvo como protagonista natural. Quienes lo conocieron supieron de su compromiso y generosidad como educador.

José Luis nos ha dejado un ejemplo de conducta personal y profesional que, en homenaje a su memoria, deberemos emular.

Nos sumamos a todos quienes se han expresado alabando su vasta y rica trayectoria y acompañamos a la familia en este doloroso momento.